Universo aparente infinito pero absolutamente discreto..

Astrofísica, Astronomía, ‘astrociencia’ es la chica bonita de todas las ciencias. Echando mano a lo que  historia de la ciencias nos cuenta, el ejercicio de mirar hacia las estrellas es en si el lugar  donde las grandes interrogantes son fecundas y mejor aun siguen sin respuesta. Nos pone también en perspectiva de nuestra condición precaria e insignificante dentro el inmenso e inconmensurable manto celestial.

Dicho esto quiero provocar, es verdad que este escenario seguirá siendo la trama más estimulante de aquellas mentes jóvenes y llenas de preguntas, la gran seductora del conocimiento científico, lamento que otros campos carezcan de este ‘appeal’, pero que a mi entender tocan áreas aun más inconmensurables que la configuración estelar nos brinda. Un ejemplo de ello es que el siglo XX, refleja la explosión del poder computacional, los modelos lógicos concebidos a lo largo de la centuria finalmente se traducen en herramientas sofisticadas y muchas veces poco comprendidas, convirtiéndose en el puntal de la exploración científica. Lo inquietante de esto es como nuestros connotados científicos, aquellos de otras áreas más allá de la lógica y computación sobre estiman el poder de cómputo que estos dispositivos finitos pueden alcanzar.

Esto es último es lo que quiero traer a colación, sabemos que un dispositivo como un computador cuenta con un número finito de celdas para realizar y almacenar sus cómputos. Me pregunto siendo esto un hecho constatable, hoy en día dependemos casi incuestionablemente en los modelos físicos-matemáticos que son implementados sobre estos chips. La pregunta obvia por tanto es ¿Qué fracción de nuestro universo podemos apreciar desde estos nuevos ‘visores‘? No he encontrado una respuesta asertiva a este respecto.  Un ejemplo que debería inquietarnos son hechos como los que señalan la imprecisión de una unidad de punto flotante de Intel hace ya una década, este caso trae a colación un tema oscuro para la mayoría de nosotros, y que motiva el notar que la teoría de números implementada dentro de un computador es fundamentalmente distinta de la que concebimos para caracterizar los números primos grandes. Que quiero decir con esto, los test formales no o difícilmente son implementables en el contexto de un computador, cuocientes con márgenes de imprecisión significativos pueden encontrarse a lo largo de una serie de chips, entonces ¿Quienes son estos seudo-primos?  ¿Que podemos explorar y encontrar con nuestro supercomputadores? Por supuesto, estos últimos muy probablemente no alcancen el estatus de ser un número primo, entonces, si en los oscuros rincones de la teoría de números, vemos como nuestro dispositivos pierden la pista ante la realidad platónica de la matemática, ¿Qué planetas son aquellos que encontramos por medio de los sendos modelos y cosmética computacional? Me atrevería a decir, que son lo pseudo-planetas y que en el mismo sentido de aquellos pseudo-primos,  son la constatación de que la realidad computacional es profundamente distinta a la realidad semántica de nuestro modelos.

En definitiva y con esto termino, lo que vemos y concebimos como realidad esta rígidamente limitado por lo instrumental, inexorablemente dependemos de las iteraciones de procesos heredados desde nuestro lenguaje, lo inconmensurable no puede alcanzarse por lo finamente generado.