Humanica

Son casi ocho meses desde que vivo en el Sur de Chile, en una ciudad pequeña a mediana, suficientemente contaminada e invadida por el comercio del retail, farmacéutico y bancario. A pesar de esta clarar conexiones con la modernidad de toda urbe occidental, hay algunas cosas que quedan en evidencia de que esta no esta tan cerca del vertiginoso ritmo de la capital. Estas constataciones  me motivan a divagar en una estructura orgánica de este país y probablemente de toda la civilización contemporánea,  voy a partir por señalar y referirme a algunos ejemplos que creo son buenos instigadores, sustentadores de la existencia de esta estructura que quiero denominar humanica. Una primera evidencia tiene que ver con la concentración del conocimiento, con el acopio de materiales tan diversos como académicos, librerías, servidores y así páginas web, periódicos y publicaciones en general, salas de cine, museos, plazas, parques, comunidades, etc. Por otro lado, probablemente muy conectados con los parámetros anteriores tiene que ver como la infraestructura que una ciudad como Santiago versus Osorno poseen, es clara la correlación de cada uno de estos dos grupos de cosas. ¿Qué podemos especular desde esto? Diría que dicha correlación es en si, el sustento de nuevo conocimiento, cualquiera en esto se traduzca y que desde dichos centros neurálgicos se propagará hacia las extremidades. Creo que esta última metáfora nos permite acércanos a una afirmación más temeraria y que será el significado de este término antojadizo:

‘La estructura urbana-rural’ es al cuerpo de un ser vivo, como ‘las personas que habitan en ella’ es a la sangre que nutre y sustenta al ser vivo.

Perdón por lo súper-simplista, pero explotar esta metáfora tiene sus cuotas de satisfacción, una de estas puede ser, como esos sectores neurálgicos requieren y demandan grandes cuotas de los recursos que el ‘cuerpo’ obtiene, en desmedro de todos aquellos otros sectores periféricos. Otra puede ser resumida como la irrigación de las extremidades, tenue pero necesaria para mantener la mecánica del movimiento, sin estas extremidades no habrá forma de que nos pongamos el pan en la boca, quiero decir, que desde las ciudades pequeñas, esa metrópolis se abastece de mano de obra barata, aquella que la hace funcional.